Cáncer: nuestra nueva forma de morir

En realidad el cáncer no tiene nada de “nuevo” pero bueno...


Hace como una semana le detectaron cáncer al estómago a mi tía Rosalía y hace casi tres semanas que se encuentra internada en el seguro, sin poder pasar específicamente a una habitación. Dicen que ahora sólo la están estabilizando para regresarla a casa.

Y es que esto ya no es la cereza que adorna un helado, es la cucharita que le incrustas para comerlo antes que se derrita. Tremenda comparación! pero tratándose de mi tía no podía ser de otra forma.

Mi tía Rosalía, que es mi tía más por esfuerzo y amor ganado que por algún vínculo sanguíneo, es de esas mujeres morenas grandes, con el talento dado por los dioses para preparar comida extraordinaria; mujer dedicada a la familia, pero que nunca formó una.

Para mí era bueno verla en la casa donde vivíamos antes, ya sea para tomar el lonchecito, hacer tamales o algún postre. Su regalo de cumpleaños para mí era hacerme un rico buffet chifa... una delicia.

Hace unos 13 años, ella vivía con su madre, su sobrino y la familia de éste (esposa y dos hijos). Su mamá... la abuelita Fidela, ya estaba viejecita para entonces, pero incluso le ganó en resistencia a mi madre... jeje... bueno... es que a mi mamá le dio cáncer. Murió al siguiente año luego de mi mamá, pero murió de forma natural en casa, calmada. Recuerdo que falleció para el día del padre, un 16 de junio de 1996. Su casa se mantuvo con la tía Rosalía a la cabeza y con la familia de su sobrino, quien era el hijo mayor de mi tío (padre de mis primas mayores).

Pablo hijo (así le decíamos porque su papá también se llama Pablo) era todo un hombre vivaz, moreno y alto, que se había casado con una mujer más baja, blanca y cajamarquina. Formaron una familia con una hija mayor y un hijo, que es menor que yo por un año. Padre e hija se dedicaron a la economía y contabilidad, mientras que el hijo menor, Juan Pablo, es futbolista.

Hace como un año, no recuerdo bien cuándo ni cómo, mis primas me contaron que su medio hermano Pablo Hijo, había sido desahuciado y le habían dado como unos 6 meses de vida, tenía cáncer al estómago.

¿Cómo un hombre menor de 50 años podría estar desahuciado sin alguna esperanza de curación? ¿En qué momento enfermó? No tenía ni la más remota idea, quizás ya presentaba algún indicio o era una acumulación de enfermedades mal curadas que te derivan en una infección o en un tumor.

Para octubre del 2007, Pablo Padre, mi tío, estuvo internado en el hospital, por un problema en la próstata. Siempre llega a ese punto de no poder resistir más y tienen que operarlo, ya había ocurrido hace algunos años y no lo pudieron operar porque cada vez que veía la sala de operaciones se le subía la presión, malas pasadas las que te da tu organismo ante el miedo. Sin embargo, esta vez o se le operaba o se le operaba, no había salida. Me llamaron a mi para ir a donar sangre para reponer la que usas del banco del seguro. Sus hijas no pueden donar porque tienen una particularidad en la sangre. Yo era la chica sana. Aunque mi inconveniente era que yo había donado sangre 2 meses atrás en una campaña que hicieron en el trabajo. En la entrevista en el seguro yo callé y dije que habían pasado más de tres meses luego de donar. Días antes había consultado a un doctor y me dijo que el tiempo mínimo MÍNIMO que se debería pasar entre donación y donación era dos meses, así que no me sentí mal por haber mentido.

Fue ese día que vi a Pablo hijo, estaba en una silla de ruedas, delgado a más no poder. Fue chocante. El 23 de noviembre dejó este mundo.

Los males de mi tía Rosalía vienen ya desde hace años, tiene tanto colesterol como diabetes... o algo así. Ya desde hace unos 6 años está a dieta rígida, pero hasta hace dos años no bajaba considerablemente de peso. Y desde hace un año hay indicios de que se nos va, supongo que se debe a que también se siente mal desde que perdió a su sobrino, que era como su hijo.

Quizás en algunos de estos meses mi tía ya se ponga a descansar, pero me pongo a repasar a cuántos en la familia, y conocidos, se van por esta enfermedad:

1. Mamá: se fue a los 33 años. Cáncer a la mama. Aunque la causa estricta de la muerte vendría a ser un cuadro de pulmonía o algo así, pero la forma tan débil como te deja el cáncer hace que cualquier cosita sea fatal.
2. Abuela: Madre de mi madre. No sé de qué tipo de cáncer es, al parecer , uno generalizado. Y comenzó por una infección a una muela que no quiso curarse a tiempo.
3. Tio abuelo: hermano de mi abuelito Zacarias. Falleció por cáncer al estómago.
4. Pablo Hijo: Tenía menos de 50 años, también cáncer al estómago.
5. Vecina superior a mi mamá: el día de las madres conocí en el cementerio al esposo de quien está enterrada en un nicho arriba de mi madre. La señora también falleció por cáncer, me comentaba el señor que había sido dada de alta y practicamente curada luego de las operaciones, peo luego de dos años de aparente tranquilidad, el cáncer volvió para llevársela. Cáncer al colon.

Entre quienes lo poseen o tienen riesgos están:
6. Angelito: hijo de la señora que cuida a mis sobrinos en casa. No tiene ni 6 años el niño y ya posee Leucemia. Está viviendo en un convento (o refugio) junto con los curitas, dicen que hasta lo visten como monaguillo jeje. No hay muchas posibilidades de cura, pero está luchando.
7. Mi prima: No posee cáncer, pero es propensa a los tumores, ya ha sido intervenida en 3 ocasiones, todas con éxito felizmente.
8. Tía Rosalía: Cáncer al estómago. Por su delicadeza ya es inoperable. Está descansando en su casa, bastante deprimida.
9. Yo: yo no poseo nada, al parecer, por ahora. Pero debido a los antecedentes (abuela y madre) soy más que propensa a tener en cualquier tiempo. Es algo que no me interesa, de algo hay que morir. Lo que me gustaría a veces es poder elegir qué tipo de cáncer tener...

Si fuera cáncer a la piel... no podría donar mi piel (supongo)
Si fuera a la mama... normal, pero por nada me someto a quimio. Lo bueno es que dicen que es el cáncer más curable.
Si fuera al estómago o hígado... buff.. que castigo, debe ser extremadamente doloroso.
Si fuera al útero... es muy probable, ya poseo el Síndrome del Ovario Poliquístico, lo bueno es que ya podrían quitarte el útero entero si es necesario, pero luego se sufriría de deficiencias hormonales... y si eso trae consecuencias en el funcionamiento de otros órganos, pues fregaría mi intencion de donar.

En fin, tanto el cáncer como el SIDA ya se han vuelto caseritos, los encuentras al voltear la esquina. Y te detienen como señal en carretera, te truncan, muchos pueden odiarlos, pero es una forma de controlarnos, de medirnos, de evitar que nos propaguemos desenfrenadamente llenando la tierra. Es nuestro asteroide que ha impactando ya hace mucho tiempo, pero el exterminio es lento.


Comentarios

  1. Terminé de leer este artículo y me he quedado pensativo por algunos minutos. Mayor opinión haré en el próximo comentario.

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  2. Es muy complicado tema, hace un año un amigo de mi edad se fue, no quiero recordar.

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