Y luego que el domingo 20 iniciáramos las clases para el curso de titulación (o mejor dicho, informe profesional), estábamos emocionados -mis amigos biblios y yo- de volver a verlos las caras como en los viejos tiempos de universidad. No obstante, este curso no es sólo de clases presenciales o teoría, sino también implica la asesoría con tu "asesor", valga la redundancia.
Nos dijeron que por correo electrónico nos indicarían quién sería nuestro asesor. Ayer me llegó el correo. Me asignaron a una profesora, la cual me había enseñado los temas de administración. Recuerdo que cuando nos enseñaba trataba de aplicar nuevas metodologías de enseñanza, incluyendo juegos, pero éstos no fueron recibidos con gran agrado por nosotros. ["Nosotros, universitarios, jugando a la gallinita ciega? bah!!"].
Afortunadamente, en todos los 5 años de universidad no tuve ninguna animadversión con algún profesor y, aunque sí reprobaba la actividad copy&paste de un profe que no vale la pena mencionar, no me parece que los demás tengan que ser subestimados. Creo hasta poder comprender su actividad... porque por un semestre me tocó llevar ese mismo rol de docente (y no creo que haya sido una excelente profe).
Bueno, dentro de poco habrá que recibir la asesoría de Elizabeth (así se llama ella) y espero que tanto mis otras 2 compañeras que tiene la misma asesora como yo podamos pulir el proyecto y sacar un buen informe.
Vamos a ver qué pasa.
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Hay profesores muy vagos.
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